Sarro, Hemorroides y Diarrea, o en su defecto colitis; el sinónimo "elegante", son cosas que da vergüenza admitir. Asi de sencillo. Uno puede decir en el trabajo que se tiene que ir temprano antes, porque tiene una gripe endemoniada... o porque te duele la cabeza de manera insoportable. Pero ay del que esté estomacalmente indispuesto y deba manifestarse en las dependencias laborales. Es incómodo. Para los que sufren dichas dolencias y para quienes los rodean. Pero más allá de las razones obvias, que van reñidas cn la urbanidad, es curioso que haya cosas que sean vergonzosas de contar y otras no. Si bien el señor Carreño dictamina que es de muy mala educación preguntar por la naturaleza de las enfermedades, y más de algua vez me he arrepentido en el mismo instante en que termina de enunciarse la pregunta de "qué es lo que tienes", creo que un órgano es tan digno como el otro. Pareciera ser más digno tener un soplo cardiaco que almorranas. Si... sin corazón no se puede vivir. Concuerdo. Pero yo no veo esas diferencias entre los médicos. Quizás las hayan, y un neurocirujano sea el equivalente a un primer violín en una orquesta, mientras que un urólogo es el que toca el triángulo. Ese nunca podrá salir con la soprano. Pero uno no debería avergonzarse de cosas que son naturales, no?
Bueno... todo esto porque hoy fui al dentista. Y mejor ni les cuento.
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on Tuesday, November 21, 2006 at 6:46 AM.
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