<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d14972859\x26blogName\x3dMore+sour+than+sweet\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://sourerthansweet.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3den_US\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://sourerthansweet.blogspot.com/\x26vt\x3d-5174582224841948774', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

More sour than sweet

Lo que me pasa entre que salí de la universidad y que decido qué demonios hago.
 

Live slow



La semana pasada pasé a ver a -como prefiere ella ser llamada - mi abuelita. No nos veíamos hace tres meses, pues yo estaba de viaje. Le llevé el regalo que le había traído y nos sentamos un buen rato post-pega a que yo le contara de mi viaje mientras me tomaba una taza de té. Ella, a sus dignísimos noventaysuficientes me preguntaba por todos los lugares en los que habia estado, con una curiosidad envidiable y una memoria paquidérmica, e hicimos hincapié en todas las ciudades en las que ella alguna vez había estado y que coincidían con las que yo había visitado. Me sorprendió lo vívido que tenía cada uno de los lugares; el cómo se acordaba de nombres de pueblos, de donde estaban los hoteles, de los bailes a los que había asistido, y de las anécdotas que seguía asociando a cada uno de los lugares. Es increíble además, el cómo a ella le gusta oír lo que la gente le cuenta y cómo sentí que ella se incluía en mi viaje, y a decir verdad, era tan bien descrito lo que ella me contaba que me incluía a mi en el suyo. A fin de cuentas disfruté más de sus anécdotas que contándo las mías.
Me pasa que he tomado el hábito de anotar todo lo que hago cuando viajo; de hecho, si hay tiempo incluso hago dibujos. Me gusta la posibilidad de anotar las cosas como van apareciendo, y cómo se superponen crónicas, con direcciones, nombres, dibujos, etc, y que al pasar las hojas de la croquera uno va viendo el proceso cronológico de lo que pasa. Pero ahi está también una parte de la memoria que deliberadamente delego. El hecho de tenerlo todo anotado me permite olvidar los nombres de las ciudades, o de la gente que conozco, pues está la constatación ya hecha. Hago la salvedad de los dibujos, que obligan a tener que entender lo que uno está mirando para que quede medianamente parecido. Pero de todas formas es como con los celulares, que uno nunca más se supo teléfono alguno de memoria. Me pasó lo mismo en cuanto a la fotografía: en algún momento me interesé por el tema, tomé cursos y comencé a usar una cámara totalmente mecánica que heredé de mi papá. En un viaje anterior saqué 17 rollos fotos. Estuve ahorrando como 6 meses para revelarlos -era estudiante. Ahora que soy todo un profesional me tomaría solo cinco y medio-. Pero el hecho de tener que mover varias perillas, ajustar manijas y oprimir botones hacía que más que sacar fotos, uno se acercara más al -como llaman los fotógrafos- hacer fotos (si uno asume que de todas esas fotos solo el 8% merecía ser mostradas.. no solían salir muchas buenas). Para este viaje, decidí modernizarme y simplificar mi vida y me procuré una cámara digital. Quería algo sencillo que pudiera llevar en el bolsillo y que me evitara un bolso extra. Compré una ganga con millones de megas en capacidad, lo que significó que saqué más de 5000 fotos en 3 meses.... ¡5000 fotos!. Como la tecnología lo hace todo fácil y accequible, uno no piensa y anda apretando el botoncito todo el día. Eso hace que el tiempo que uno se toma para detenerse y mirar sea menor. Si sale mala la foto se borra -se puede corroborar de inmediato- Ahora todo se reduce a un tema de tiempo; no detenerse, y seguir, que se puede estar perdiendo algo. De hecho, la posibilidad de registrar las cosas con elementos externos evita el tener que guardar las cosas en la cabeza. Para qué descibir algo cuando es mucho más claro una foto. Bueno... ahí está el meollo del asunto. Mi abuela puede contarme como era la arena de las playas donde estuvo, o el olor que había en algún puerto; lo que comió en algún restaurant, o el color de la corbata de los tipos que cortejaban a sus hijas.... yo tendría que ver la foto. Quizás ya no hay el mismo tiempo para viajar... mi abuela hizo su viaje en barco, le tomó 21 días llegar a puerto en barco, y su viaje fue de 6 meses... acarreó varios baules, y yo me demoré 24 horas en llegar al mismo lugar y todo lo que necesitaba cabía en una mochila. Pero el modo de usar el tiempo de mi abuelita... el tiempo de ocio, hizo que su memoria se ejercitara de una manera mucho más libre y profunda. En cambio yo, quizás en la mitad del tiempo estuve en el doble de lugares; los medios de transporte todo lo facilitan, pero no tengo las cosas tan claras como ella.
Lo que más me costó, y hoy aún me cuesta es el elegir no hacer nada... el destinar el tiempo a perderlo; tiempo de ocio. Es precisamente ese uso el que permite aprovechar tantas cosas que no son evidentes; el fijarse en olores, colores, situaciones, el mirar a la gente, y tantos etcéteras más.
Y me pasa ahora, que ya estoy de guata haciendo cosas, que me cuesta determinar días para perderlos... y si uno busca hay tantos lugares perfectos para eso en Santiago... lo complicado es independizarse de la propia agenda. Y ahi estamos... empezando los movimientos subversivos.... el cuartel general al parecer es la casa de mi abuelita.
« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

At 11:31 AM, Blogger bárbara said...

Qué gran tema Miguelito!!! También me ha rondado por la cabeza eso, pero mi lamentable conclusión es: o uno se va a vivir a Puerto Varas o está destinado a refugiarse en la casa de la abuelita para pensar más lento.
Por eso mismo, me gusta sacar fotos con rollos, a la antigua, aunque después la mayoría no sea digna de mostrar... pero en mi opinión... NO HAY FOTOS MALAS. Sólo hay algunas mejores que otras. Aunque eso da para todo un post. Como sea,
Saludos
B.    



At 5:17 PM, Blogger Miguelito said...

La dueña del cuartel general se llama Sylvia PAge (Sylvita Page para los amigos). Tiene una terraza de suelo ajedrezado y algunas veces se come por colores.... la comida es toda roja, por ejemplo, otras veces es toda de colores distintos. Eso es solo un detallito.
Y le gusta que los nietos la llamen abuelita.. abuela le suena brusco.    



At 6:24 PM, Anonymous Anonymous said...

¿Donde esta el cuartel general de Silvia Page?
Quiero conocrle, creo vale bien la pena.

Yo nunca tuve abuelita!!    



At 6:22 AM, Blogger Pia Dell Orto - Paulina Munita said...

Estoya tan de acuerdo primo mio, es increible esa capacidad de la Ita de absorver todo y después transformarlo en algo maravilloso, me encantó....que poco tiempo tenemos......    



At 4:01 PM, Anonymous Anonymous said...

http://dilbertblog.typepad.com/the_dilbert_blog/2006/10/good_news_day.html    



At 10:02 AM, Blogger Cuqui said...

Los recuerdos y las anécdotas son tan lindos. yo en 3 semanas saque como 250 fotos (y eso que no me gusta "sacar" fotos... me gusta "tenerlas" despues).
tambien me gusta anotar todos los lugares, guardar todas las boletas, posa vasos, miles de recuerdos que aun ni ordeno, pero esta todo ahí.
lo mejor es cuando a veces he metido la mano a un pantalon y me aparece una boleta irlandesa... se vuelve realidad eso que parece un sueño.
Aprovecha a tu abuela que son lo máximo. Una de mis abuelas es bien loca, bien artista... la otra era un haz de las matemáticas y la mejor mujer que creo que he conocido.
saludos.    



At 1:47 PM, Blogger small and deepest fountain said...

Yo no conocí a mi abuela materna ni a mi abuelo materno. Me hubiese encantado conocerlos. A mis otros abuelos si los he conocido. Mi abuelo ya murió y pasé muy poco tiempo con él. La cosa es que me queda una abuela y no la voy a ver nunca. Mas bien una vez y cada dos años por decir algo. Creo que sin duda deben haber abuelos mas entretenidos que otros. Pero eso no quita el hecho que me daré cuenta después, de que pude haber aprovechado mucho mas a mi última abuela. Todavía no es tarde.    



At 6:09 PM, Blogger in_door said...

quedé perturbada por las corbatas de los tipos que cortejan a sus propias hijas    



At 10:06 AM, Anonymous Anonymous said...

¿ Que?
¿Quien corteja a quien?'
!!Pra que echar a perder un blog tan lindo!
No entiendo nada!!!    



At 4:38 AM, Anonymous Anonymous said...

muchas gracias por incorporarme a tus vinculos. Que bueno estar linkeado con gente que se vincula con lo que a mi me sucede y al mismo tiempo poder yo linkearme con ellos para tambien vincularme linkiisticamente con sus relatos de vida tan intersantemente linkeadas.
Oda al linkeo    



» Post a Comment
 
   





© 2006 More sour than sweet | Blogger Templates by Gecko & Fly.
No part of the content or the blog may be reproduced without prior written permission.