Perdiendo el tiempo en una
página llegué a esa foto. Cuando uno oye a alguna persona hablando ya sea en un idioma o un acento diferente al de uno, quedan en evidencia las muletillas que se usan. En mi oficina hay un argentino que habla de "coso". Para él, "coso" es cualquier asunto. Se le puede oir diciéndo "Decile a coso que me traiga coso"... o "decime si coso no se parece a coso". Encuentra sinònimos solo cuando se ve enfrentado a las caras de interrogante que los cosos le ponemos.
De hace bastante tiempo a esta parte me fijo en el tema de como se habla.Cuando chico mi madre no me dejaba decir garabatos, y yo, el pelmazo, le hacía caso. Una vez llegué en tercero básico a mi casa diciendo que lo había pasado "la raja", y mi mamá me dijo que eso no se decía y que en vez de eso había que decir "la raya". Obviamente que cuando se me ocurrió decir en el colegio -obedientemente- que el mago del cumpleaños había estado "la raya", volaron los tomates en estado de putrefacción directamente a estrellarse con la , en esos tiempos aún existente, blonda cabellera (casi toda la gente que conozco jura haber sido rubio cuando pequeño.Yo efectivamente lo era).
Siempre enfrentado al dilema de decir o no palabrotas, en una gresca de tamañas proporciones con mi hermano mayor, solicité permiso a mi progenitora para proferirle algún vocablo soez ante la imposibilidad de imponerme por medios físicos, debido a la diferencias de envergadura. Al recibir la autorizaciòn, ya en quinto básico, me acerqué y le gritè en el oìdo "Àndate a la cresta". La risa burlona que recibì en respuesta, se compara solo a la que experimenté cuando vi a Cristián Campos diciendo "hasta cuando cresta me molesta" a Hector Noguera en "Machos"... primera comedia del canal católico que adoptó "palabrotas" al aire... después de años que el CNTV y TVN se hubieran relajado con el tema del lenguaje.
No está de más decir que de lolo, podía decir que algo "las fregó", para referirme a que algo era sobresaliente, o que había quedado "la tendalada", cuando todo se embromaba. Se que eso suena a que fuera pariente en primera línea de relación con Hermógenes Pérez de Arce.
No lo soy, y con el tiempo fui relajándome -un poco-. Pero de todas formas siempre me ha llamado la atención el uso de garabatos. Hoy en día pienso menos al decirlos, y cuando me martillo un dedo indistintamente puedo llegar a decir "Demonios","mierda","fuck", o "maldiciòn", pero no tiene relación el calibre de la palabra con la cantidad de dolor que me alivia. Todas me funcionan por igual.
Quiero que se entienda que encuentro que no hay nada mejor que un garabato bien puesto.Gritarle a alguien "ahuevonado" cuando se queda en pana de bencina, como diría Master Card, no tiene precio. El conflicto que tengo es cuando se abusa del recurso, o cuando no se le da el sentido querido. Me acuerdo del primer año de universidad, en que una compañera comentó en un recreo que se estaba echando un ramo de "puro pajera". Le dije que si eso era cierto, era mucho más información de la que realmente necesitaba. No entendió mi comentario (que yo consideraba hilarante), y me pegó una gran cachetada. Nunca comprendí la razón, si solo estaba haciéndole ver lo que decía.
Soy conciente de que ya no vivo en el siglo XIX, pero a veces me asombro como la familia "huevón" soluciona todo... Huevón, para de hueviar, y pasame esa huevada de una buena vez. Y con eso no es necesario saber más palabras. El problema comienza entonces cuando uno quiere decir cosas más exactas, o complejas. Sino, todo terminan siendo huevones que buscan huevadas...(quizás es precisamente lo que somos)
Y cuando se abusa del recurso, este pierde su peso... es como cuando uno dice "te quiero" en cada momento... o "te ves linda"Mientras más se le usa, menos peso tiene.Hay que cuidar las palabras. Si uno piensa que cada palabra que existe es un concepto que abstrae una realidad, mientras más palabras uno maneje, más ideas puede relacionar. Lo que yo entiendo por huevada, no es lo mismo que tu entiendes. Entonces si uno soluciona todo con los mismos conceptos, todo se simplifica asquerosamente.
De ahí a que en la radio, la televisión, los libros,la música, etc. se abusen de los garabatos, solo porque "asi hablamos todos" hace que se me revuelva la guata. Basta con oir
"Puta jefe", de Glup!:
"chuuucha puta que hay que ser cagon pa mas remate a esta otraa la pille con el ramon
por la chucha que tengo mala cueaa, me quede sin mina y sin pega por hueoon por andar a punta e chucha limpia"Sencillamente impactante. Me quedo sin palabras para describir la emoción que esa pieza me produce. Claramente hay en Koko Stambuk mucho talento.
Por eso me asombra que haya organizaciones que se preocupen de que se hable bien, como la de la foto del encabezado. Puede sonar todo lo anticuado que uno quiera, pero es hacer que uno se exprese y se haga entender. Y encuentro notable que ellos existan.
Aprovecho entonces de terminar este liberal post, rindiéndole un sentido y merecido homenaje a uno de mis héroes infantiles: El profesor Mario Banderas (desgraciadamente no encontré una foto de él), y sus micro programas
"Usted no lo diga". De él aprendí que es "manubrio" y no "manurio", "rampa" y no "rampla", y tantas otras palabras que cuando las utilizo parezco un bicho raro sexagenario, que debe explicar que rampa es "esa huevaá que sirve pa que los hueones en sillas de rueda puedan bajar y no se queden fuera de la huevaá de edificio.
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on Tuesday, June 20, 2006 at 8:33 PM.
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