Primero, y ante nada, ha de comenzarse con la palabra primero. Aunque más absurdo sería comenzar con “y por Antepenúltimo”.
En segundo lugar, se tenderá a explicar porqué se escribe el asunto, aún cuando la explicación puede estar implícita en el título, pero es bueno que tanto al lector como al autor le quede claro la razón de ser del escrito.
En seguida se rellenará con algunas cosas que no tengan importancia, y que solo aporten a darle cuerpo al relato; muy poco escrito desalienta al lector pues puede creer que no ha habido pensamiento ni dominio del lenguaje por parte del escritor. Por otra parte siempre se ven feas las hojas medias vacías, a no ser de que sea la última página de un libro o cuento, o que sea un libro de formato muy pequeño, o de edición de letra muy grande para gente miope o, y como única salida, que sea lisa y llanamente una hoja blanca: hermoso arquetipo del minimalismo, tan en boga en la televisión y otros medios.
A continuación, debe haber un fin inesper
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on Thursday, October 06, 2005 at 10:18 PM.
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