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More sour than sweet

Lo que me pasa entre que salí de la universidad y que decido qué demonios hago.
 

Nos ponemos mañosos

Monday, September 10, 2007


De los bemoles que trae consigo la vida adulta, es que los dolores que eran infringidos por los médicos y dentistas, más allá de su consecuencia corporal, se manifiesta también de manera económica. Cuando uno se paga el dentista, la piensa dos veces antes de acostarse sin lavarse los dientes, por muy cansado o beodo que venga al encuentro con Morfeo.

Hace un par de semanas recibí una llamada de la secretaria de la dentista a la que voy desde hace un tiempo. "Le toca su revisión semestral". Un par de meses atrás tomé isapre por mi cuenta (el mundo de los que boleteamos), y dejé de ser carga, al menos en lo que a Isapre respecta. Eso tiene uno que otro benficio que siempre se desaprovechan, como los especialistas gratis. Por un tema de oportunismo de mi dentista decidí no esforzarme demasiado, ya que me lo estaban haciendo todo fácil, y acudir a mi cita higénico-bucal concertada por su secretaria por tléfono.

Mi dentista es una señora de bien mantenidos sin-cuenta. Rubia forzada y buena para hablar, habiendo desarrollado la habilidad de no necesitar interlocutores... claro, siempre están siendo torturados en la boca, por lo que las conversaciones se parecen a diálogos con el hombre elefante. Siempre me trata de tu y mientras me revisa, me pone las pechugas en la cara, lo que es bastante incómodo (más por la situación que por otra cosa). La última vez que fui se demoró 15 minutos en atenderme, me preguntó por toda la familia, me contó que venía llegando de un viaje (siempre viene llegano de un viaje) y determinó que la limpieza de rigor me la iba a haceren dos sesiones. Esa vez me salté la humillación de la pastilla roja que demuestra lo mal u uno se lava los dientes. Como pájaro nuevo, no chisté y fui a las dos sesiones y lo que es peor, pagué por dos sesiones. Sesiones que partieron con atraso y fueron amenas, pero la verdad es que mis amigos son más divertidos, y conversan más barato. Pero mal que mal, la "doctora tiene que viajar, no?"
La semana pasada, tras pedir permiso en la oficina, fui a su consulta. tenía hora a las 9:00 y llegué a las 9:03. En MTV aprendí que a eso le decían "fashionbly late" o algo por el estilo. He de decir que tengo fama de demorón e impuntual, pero hago esfuerzos por abritanizarme en ese sentido. Cundo estoy atrasado me pongo medio histérico. El tema es que empiezan a pasar los minutos y ya era la segunda vez que hojeaba la revista Cosas con la sensual sesión de fotos de Ivan Zamorano con el cabello humedo en la playa de Cachagua, jurandole su amor por Kenita, cuando miré el reloj y ya eran las 9:20. Mi hora era la segunda de la mañana, y no entiendo cómo se atrasa tanto... pobre de quién tenga hora para las 12. Ya veía que iba a llegar a la hora del queso. Y si bien iba a sacar la misma vuelta que se saca con emol o lun, prefiero sacar la vuelta libremente y no obligado por alguien a quién le pago por su tiempo... El tema es que me armé de valor y llamé a la secretaria. Me dio rabia la situación en la que estaba metido y le pedí que le dijiera a la doctora que no podía quedarme cuando ya se había atrasado 20 minutos. Que tenía horarios que cumplir. Si ya esta terminando. Es que ya no me sirve. Lo llamámos para re organizar una hora? Ahí veremos. Pero de verdad pocas ganas tengo de ver con ella. En E.E.U.U, si uno llega tarde al doctor o no llega, no tan solo no te atienden sino que te cobran. Si llegas atrasado a buscar a tus hijos los colegio te cobran, y caro. Aquí no se lo que pasa si uno llega atrasado, pero me parece ilógico pagar de más por recibir mala atención... asi que decidí darle un pequeño castigo y no pagarle por media hora más de lo que gano en un día. Si quiere viajar, que mejor use sus millas y no mis horas.

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