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More sour than sweet

Lo que me pasa entre que salí de la universidad y que decido qué demonios hago.
 

Men at work

Wednesday, August 17, 2005


"La diferencia entre un profesional y un amateur es que un profesional conoce sus limitaciones y pone límites. El amateur no".
Esa frase, o al menos algo parecido aparece en un artículo que se escribió sobre el terminal marítimo de Yokohama y sus arquitectos, quienes al parecer sufren de un mal profesional, donde se las dan de choritos de las fiestas y salen trasquilados, terminaron prácticamente viviendo en la construcción de esta cosa.

Es asi como en una semana cambió mi vida de poder ver la granja vip en todas sus versiones, a por ejemplo hoy, que me debía levantar a las 6:30, para encontrarme en una visita de terreno a las 8:30, y desperté una hora más tarde. Esto producto de que el fin de semana dormí con el celular en la mano (por si me llamaba mi polola que estaba fuera de Santiago - aclaro que más que un acto de baboso, se debe a un acto de dormido). Al parecer oprimí los botones equivocados y se bloqueó. Además de estropearse el aparato (telefónico), perdí con él una hora y media esperando ser atendido en la compañía (para que me dijieran cuando me recibieron que el teléfono había que dejarlo dos horas para hacerle un diagnóstico. Por supuesto que ya pasaron dos días y no he tenido un segundo para perderlo en dichas instalaciones). Perdí además mi despertador -una de las pocas funciones anexas a las comunicativas que he logrado dar curso en mi sofisticado artefacto tecnológico. Además perdí todos mis teléfonos de uso frecuente. (Obviamente con fortuna me se el celular de mi polola, y sería), por lo que al momento de ubicar a cualquier persona termino llamando a sus antiguos trabajos, o a sus ex-pololas(os), por lo que me veo enfrascado inventando temas de conversación con gente que ya no lo tengo, y admito que poseo cero capacidad de reacción ante preguntas cordiales de rigor. Así, fácilmente ante un "Hola, tanto tiempo" puedo contestar un "Bien y tú".
Recapitulando, hoy, por mi pana de teléfono, perdi mi despertador y me desperté una hora tarde. lo que significa que en vez de ducha se vino una remojada loca con vestigios de shampoo. Una lavada de dientes equivalente a las limpiadas de vidrio de los tipos en las esquinas, y unos gruñidos importantes en la guata (distractores al momento de cualquier reunión)en vez del desayuno. Si a eso le sumamos que a la reunión llevé solo unos esquemas que hice entre 12:30 y 12:50 am de la noche anterior, cuando debería haber llevado un anteproyecto, vemos que el asunto no pintaba para decente. Gracias a Dios, despues de años de tratar de mostrar que uno en realidad sabe de lo que está hablando (cuando tanto los profesores como uno sabían que no era cierto), uno logra zafar de cualquier impass con dibujitos de mano temblorosa. (que no es otra cosa que poner la mano a temblar al momento de dibujar; que no se malinterprete.) Luego... la visita a la municipalidad de pueblo. Nunca he visto tamaña frialdad para asesinar con sangre tan fría el tiempo. Una hora y media en que me recibieran un formulario. (Había que sacar fotocopias y por supuesto que había que hacerlo en el almacen de la esquina, pues la fotocopiadora fiscal no estaba buena).
Decidí pasar a almorzar con mi polola en los 23 minutos que tenía. Aproveché para pasar (y tapar) su baño. (No podí ser de otra forma.
Luego llegué a mi flamante trabajo: Una oficina de un arquitecto de renombre, que me llamó para hacer su página web. Hoy era mi segundo día de trabajo (a media jornada) y debía no tan solo demostrar que se (cuando además de este blog, lo más cercano a diseñar una página web ha sido poner comentarios falsos en www.bananacorp.org cuando entré a la universidad)., sino que además había que estar a la hora. Hoy se me acabaron las actividades de relleno (arreglar imágenes, buscar textos), y ya mañana se hace inevitable empezar a chamullear en Dreamweaver. Además, de una pega que estoy terminando, que es de "enchular una entrega", he de pasar toda la mañana de mañana ploteando (imprimiendo) porque entre otras cosas se me ocurrió poner un acento en una palabra que no existía.
No pensé que ganarse los pesos de las piscolas iba a poder generar tal cantidad de tensión. Pero el hecho de pensar de que uno va a hacer los trabajos rápido y que el tiempo va a hacer tan efectivo como uno pretende hace que entre otras cosas haya tenido que trabajar fines de semana y que los últimos días no haya podido ni siquiera visitar a lun.com (con los increiblestitulares donde se conjuga la crisis política en italia, y fotos ligeras de ropas de alguna muchacha, con sentencias como "Importante pérdida de poder del partido de gobierno italiano, y Loretta es una más de las que no está de acuerdo con ellos, como podemos ver, muestra su enojo con poca ropa". Pero como uno es nadie, hay que dejar buena impresión donde sea, y puro cumplir. Lo curioso es que uno se acostumbra tanto al celular, que basta con que uno esté inubicable un par de horas para que se produzcan malos entendidos, empiece a tener que dar explicaciones de por qué uno no llama, y que como uno no contesta el teléfono se asumen cosas insospechadas. La única ventaja, es que uno puede trabajar mucho más tranquilo. Y cuando se tiene que cumplir con tanta cosa, termina siendo una ayuda.

Hang the DJ!

Tuesday, August 09, 2005


Partamos de la base que yo pongo música. Apreto botones. No hago música, por lo que no soy un dj propiamente tal. Pero lo hago como trabajo en matrimonios más que nada (que acá son eventos grandes. Digamos que promedian 500 personas).
He desarrollado con el tiempo y junto a mi hermano (quien trabaja conmigo) una habilidad para responder de manera similar a cómo se hacen las peticiones a quien llegue a la mesa de sonido. Así mientras los que llegan prepotente no reciben besos, mas los que llegan en buena honda siempre son escuchados. (Una vez llegó una tipa robusta, cuando la fiesta recien había empezado a decir que la música estaba "guateando en mala"... "en buena". y que debía imperiosamente poner "techno". A lo que respondía con un gruñido sin hacer caso. Cuando se acercó de nuevo a exigir lo mismo, le dije que había sido muy maleducada... que lo que me había dicho era equivalente a que yo le dijiera "lola... en buena, con ese vestido te ves gordísima". Se dio cuenta de lo amorosa que había sido y dejó de inflamarme las gónadas.
El tema es que este fin de semana me tocó la peor especie de los asistentes a un matrimonio... El diyei frustrado. El tipo que después de unos tragos, mientras baila, se acerca al que está poniendo música para pedir una canción que "pega con la que está sonando", sin importarle el dejar a su pareja botada. Son tipos que tras un par de comentarios de cortesía, y de mrarte profusamente los discos, te hacen un par de preguntas en las que quieren dejar claro que "saben". (Del tipo...¿Esa es la Denon 6000? ¿y que tal los scratch? ¿y como lee los mp3's? y así tantas otras. ¿Cómo los conozco a estos tipos? Porque yo era así... De lo más aguja. Vivía oyendo las mezclas, y cuando había una mala, no ponía problemas en manfestar con una cara de asco hacia el diyei que mejor hicera de buena manera lo suyo. El hecho de pololear y que mi polola no soporte feliz mi escapadas a la música me ha hecho recatarme. Hoy no me fijo mucho (ni anoto las mezclas para probarlas en mi casa.

Ahora bien: el fin de semana tuve problemas con los equipos (no sonaban como quería), y la gente de audio le echaba la culpa a mis discoos. Cada 37 segundos llegaba alguien (espero que de buena leche) a informarme que no sonaba bien. Lo que agradecía con una cara cada vez más tensa. Si a eso le sumamos las hordas de enanas insaciables de reggetón que pedían más y más (y yo había jurado no ponerlo nunca), Y si coronoamos con tipos que pedían cosas como "El tractor amarilo", se entenderá que mi paciencia ya no figuraba por ningún lado. Siempre vienen chicas guapas, que sarandeando lo suyo te piden cosas (pero las suele atender mi hermano, que al parecer es menos serio que yo).
Vayamos al grano. Un tipo me sacó de las casillas y me hizo caer en una discusión idiota. Primero llego en medio de una canción y me dijo, sin mediar un "hola" a decirme: "el León Santillán de los Cadillacs. Pega perfecto. Piénsalo". No le di mucha importancia a este Yoda de los djs. Un par de tragos más tarde, y cuando la fiesta se acababa (con "De vez en cuando viene bien" de Piero., me vino a pedir otra del mismo autor. Le dije que tenía solo esa y me dijo: "Mezclas pésimo". (Yo se que no, y es como que me saquen la madre) a lo que contesté un tierno "Y tu me caes muy bien". Le pregunté de qué estaba hablando. Me dijo "o sea.. tú no. tu eres seco, pero los otros dos huevones no cachan nada".
"Esos dos huevones, como les dices tú, son mi primo y mi hermano, asi que cuidado"
"No si tu eres seco, pero esos otros dos no saben." Y ahi se vino el clásico "yo también pongo música".
Ahí se fue calentando cada vez más la cosa. Me dijo que no podía cobrar lo que cobraba y no saber mezclar. (Solamente a ese precio puedo soportar a tipos como ese). Le dije que tenía dos opciones. O contratar a un diyei del Kamikaze, que mezcla 3422 veces mejor que yo, pero no se si hace bailar a tipos como mi entrevistador, o poner una empresa que me haga la competencia. Quizás debí ser más práctico e invitarlo a comerse un moco. No se me ocurrió.
Me di cuenta de lo pesado que uno es en esa situación... y juré no hacerlo nunca más en mi vida.... (el de hinchar a un dejota... no el de contestar a los asistentes en la forma que vengan.
 
   





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